Debemos
homenajear a los 649 que descansen en el cementerio de Darwin, o en la
garganta profunda de las aguas del Atlántico Sur; a sus viudas, madres,
padres e hijos, que padecen el frío de la ausencia irremediable; a los
que lograron sobrevivir a semejantes circunstancias. No hace falta
buscarle demasiadas explicaciones, nuestro ADN tiene impreso que las
Malvinas son argentinas. Lo sabemos, no solo porque tengamos razones
históricas, geográficas, políticas y jurídicas, Malvina es la cuasa que
nunca muere.
Fueron
héroes aquellos padres que apoyaron a sus hijos que decidieron defender
esta causa, como también las familias que recibieron a los que
volvieron, después de 72 días, diferentes, con sus memorias marcadas a
fuego por una guerra inútil, como toda guerra. No creo en las guerras,
soy pacifista la guerra el el comienzo de todo sobre todo de la
bestialidad que peude hacer el ser humano, nuestro soldados de Malvinas
NO son nuestro "Mito viviente", son ellos nuestros centinelas que nos
dicen a cada rato que la guerra es un sinsentido que lo vemos se ve
confirmado en la cantidad de suicidios de soldados que volvieron de
Malvinas, hoy es más alta que los jóvenes que cayeron en combate, pero
los vivos y los muertos son nuestros únicos héroes que se recuerdan en
sus libros de historia junto San Martín, Guillermo Brown, Martín de
Güemes, Juana Azurduy y Belgrano.
Desde
el año 1833 nuestras Islas Malvinas estuvieron ocupadas por los
británicos y los reclamos Argentinos acerca de su soberanía sobre esas
tierras nunca tuvieron éxito.
En
el contexto del “Proceso de Re-organización Militar”, ejercido bajo un
régimen dictatorial desde el Golpe de Estado de 1976, Argentina ocupó
sus tierras usurpadas en las Islas Malvinas luego de vencer una débil
resistencia británica el 2 de abril de 1982.
La
sumatoria de errores y horrores no logran empañar la entrega,
abnegación y el valor de quienes entregaron con sacrificio sus vidas.
Un
reconocimiento al honor, que perdura por sobre las circunstancias y la
temporalidad del hecho histórico. Demostraron valor, fuerza y
sacrificio” La negociación es el camino porque la historia continúa No
hay medida más clara, más evidente de dolor que los cientos de cruces
blancas que se encuentran en nuestras Islas.
Nadie
justifica la aventura loca de la guerra, pero tampoco se justifica el
olvido. Debemos rendir homenaje a nuestros muertos en Malvinas.
No olvidemos nuestro pasado, aprendamos de él y valoremos la paz, la libertad y sobre todo la vida
Daniela Leiva Seisdedos www.elarcondeclio.com.ar
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