Nicolás Mancino – 1º A
Cultura de Jarmo
La cultura
de Jarmo, en el Kurdistán iraquí
hacia el 5700 AC, es una de las más
sorprendentes. Comenzó siendo un pequeño poblado que a base de sucesivas
reconstrucciones sobre el mismo lugar se fue elevando artificialmente. Se datan
unos 16 niveles de ocupación, con alrededor de 20 casas pareadas de bases de
rocas rectangulares, paredes de Tauf y techo de juncos. Este tipo de
asentamiento, que se eleva sobre sí mismo en periódicas reconstrucciones, dará
lugar a los tell, un
establecimiento típico de este país, aunque se ve en otros lugares.
La importancia de Jarmo es que de esta
ciudad se tienen los primeros indicios del paso del paleolítico al neolítico, es decir,
se encontraron los primeros restos del desarrollo de la agricultura y de la ganadería.
La industria lítica era muy floreciente;
trataban la obsidiana (roca
volcánica).
Eran diestros en la producción de pequeñas
imágenes esculpidas en arcilla ligeramente horneadas. Miles de estas figuras han sido desenterradas desde los primeros niveles
de trabajo hacia arriba. La mayoría de ellas representan animales y pájaros.
Las estatuillas humanas tienen rostros alargados con hocicos afilados y amplias
hendiduras en los ojos.
Los enterramientos se hacían fuera del
poblado.
En un lugar llamado Jarmo , que domina el río Zab Menor en el Kurdistán iraquí, los arqueólogos han descubierto evidencias de una avanzada comunidad proto-neolítico que floreció desde alrededor del 6.750 A.C. hasta hace 2.000 años. De hecho, los más antiguos ejemplos conocidos de metalurgia primitiva han sido encontrados en Jarmo.
Más interesante es el hecho de que estas personas eran diestras en la producción de pequeñas imágenes esculpidas en arcilla ligeramente horneada. Se sabe que las herramientas de obsidiana encontradas en Jarmo fueron hechas con materias primas procedentes de la base de Nemrut Dag en el lago Van.
Daniela Leiva Seisdedos www.elarcondeclio.com.ar