Los
ríos Eufrates y Tigris nacen en los montes de Armenia y desembocan en el
golfo Pérsico. La extensa región que delimitan las cuencas de estos
ríos se conoce con el nombre de Mesopotamia. En la Baja Mesopotamia los
aluviones de los ríos ganaron tierra al mar, y las inundaciones,
sabiamente canalizadas, fertilizaron la tierra, lo que posibilitó una
rica agricultura.
La
Alta Mesopotamia era una meseta muy bien comunicada con Siria y Egipto.
Toda la región fue, desde aproximadamente el 3000 a. C. hasta el 539 a.
C, escenario de brillantes civilizaciones, como las ciudades-estado
sumerias, que utilizaron la primera escritura conocida, la cuneiforme, y
los Imperios acadio, babilónico, asirio y neobabilónico.
Los asirios, fueron feroces guerreros de
origen semítico, habían permanecido sujetos a diversas dominaciones
hasta que iniciaron el que se podría denominar su primer período de
expansión, que comenzó con Salmanasar I (1270 a. C.) y concluyó con
Teglath-Falasar I (hacia 1100 a. C).
A
comienzos del primer milenio precristiano se formó el más poderoso
imperio de Mesopotamia, el Imperio Asirlo, que dominó por varios siglos
la región. Como restos de su poderío quedan las ruinas de los fuertes
militares, construidos con grandes bloques de piedra, ubicados en las
distintas regiones dominadas en sus épocas de máxima expansión. Aquí se
aprecia una torre del fuerte construido por Salmanasar III como parte de
las defensas de la ciudad de Nimrod.
Daniela Leiva Seisdedos www.elarcondeclio.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario