Trabajo realizado por alumnos de Primero A del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, La Plata.
Materia: Ciencias Sociales.
Profesora Daniela Leiva Seisdedos.
Durante muchos años, el homo sapiens intentó internarse en las zonas de Asia y Europa. Sin embargo, estos lugares ya estaban habitados por los neandertales, que consiguieron mantener a raya a su potencial competencia... Pero solo durante un tiempo. Finalmente, sapiens y neandertales convivieron juntos en el norte de Europa y en parte de Asia e, incluso, mantuvieron relaciones sexuales esporádicas. Debido a esta hibridación entre ambas especies, aún conservamos parte de la huella que dejaron en nuestros genes, incluidas estas enfermedades, pero también otro tipo de características que ayudaron al homo sapiens a adaptarse al clima frío al que se enfrentaba, puesto que estaba acostumbrado a las altas temperaturas de África.
Los neandertales, nuestros parientes biológicos, se comían a sus semejantes. Eso es lo que plantea un equipo de antropólogos en la revista Scientific Reports. Los 13 expertos que firman el estudio han analizado los huesos hallados en la cueva de Goyet, en Bélgica, un laberinto de oquedades con amplias estancias a través de las cuales fluye un río subterráneo. Allá por el siglo XIX, en una de estas cuevas se encontraron más de 30.000 restos óseos. La mayoría fueron metidos en sacos con la etiqueta ‘huesos de animales’.
Pero no era ese el caso, tal y como se acaba de comprobar: revisando aquellos restos, se han identificado 96 huesos y 3 dientes de neandertales. «Pertenecen a un mínimo de 5 individuos; todos ellos, cuidadosamente descuartizados», explica Johannes Krause, director del Instituto Max Planck de Historia Humana, en Alemania.
Daniela Leiva Seisdedos www.elarcondeclio.com.ar
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